Aprovecho este espacio para divulgar el proyecto de Guillermo Nagore, un periodista navarro
que recorre los 7.050 kilómetros que van desde Finisterre, en Galicia, en
España, hasta Jerusalén, en Israel, para concienciar sobre el Alzheimer. Por
una política de Estado sobre Alzheimer es su lema. Su blog: La memoria es elcamino.
Ahora Guillermo está en Francia. Acaba de superar un
puerto y se encuentra en el km 1.677, cuesta abajo. Como cuesta abajo van los
enfermos de “ese jodido alemán ladrón de recuerdos” si no se mejora su calidad
de vida. Y en eso consiste su reclamación: ayudar a estos pacientes, sus
familiares y cuidadores.
Sin
embargo, los pacientes a veces reaccionan. Hace unos meses leí en la info
Agenda de la revista Yo Dona el proyecto de la emprendedora Teresa Yagüe, de La Bombonera de Barco,
en Madrid. Me sorprendió ella pero, sobre todo, el sumario que había elegido el
periodista o el editor para resaltar el artículo.
“Una clienta le llevó una caja de mis bombones a su padre, que padece Alzheimer, y me contó que lo había visto reaccionar por primera vez en mucho tiempo. Y otra amiga mía, que tenía a su novio con cáncer, le daba un bombón de vez en cuando, a pesar de su régimen, porque él decía que no era para el cuerpo, sino para el alma.”
Que
los bombones son para el alma lo tengo bien presente cuando mi suegro probó por
última vez chocolate y vino, rodeado de su familia en el hospital. ¿Perquè és tan bona la xocolata? Es una
frase suya que resuena en mi mente a menudo.
Podéis
seguir a Guillermo Nagore en twitter @ @gnagore, @congnagore, en el Facebook
Amigos de la memoria y en su blog Lamemoria es el camino. Y podéis colaborar de muchas maneras. Económicamente,
siendo voluntarios para acompañarlo en algún trecho, colaborando con la empresa
que lo financia, enlazando vuestros blogs, etc. Seguidlo y retuitearlo, por
favor.
Hay muchos estudios que han
evaluado el papel del chocolate en la prevención del envejecimiento y de
enfermedades degenerativas, por sus propiedades antioxidantes. Pero me ha
interesado este artículo del The New York Times sobre un programa de una
residencia para ancianos en Phoenix, donde explican que a los pacientes con
demencia les permiten caprichos. Cualquier cosa que les proporcione confort,
desde una copita por la noche hasta chocolate.
“El
Estado intentó amonestarnos por tener chocolate en el historial de enfermería.
Decían “no es un medicamento”. “Sí, lo es, es mejor que Xanax (un
tranquilizante)”, comentó Tena Alonzo,
directora de investigación en Beatitudes, la residencia en Arizona.
La actitud hacia el
chocolate y otros caprichos que tranquilizan a los pacientes no es una política
habitual en una residencia de ancianos pero Beatitudes sigue algunos de los
últimos descubrimientos sobre el Alzheimer. La investigación sugiere que crear
experiencias emocionales positivas a los pacientes reduce su angustia y sus
problemas de comportamiento.
La llamada “comforting food”
mejora el comportamiento y ánimo de los pacientes porque “envía mensajes que
todavía pueden entender: “sienta bien,
así que debo de estar en un lugar donde me quieren” comentó Jan
Dougherty, directora de servicios comunitarios y familiares en el Banner
Alzheimer’s Institute en Phoenix. Hace 14 años que la
residencia Beatitudes utiliza cuidados individuales en sus pacientes con
demencia. Su programa ha sido premiado y copiado en otras residencias.
El artículo merece la pena
para quien esté interesado en el tema. Me sugiere no escatimar ni chocolate con
cariño para las personas que queremos, aunque pensemos que no pueden apreciar
ni un bombón.
La memoria son los besos. Esto me quedó grabado de un
libro que me regalaron sobre el Alzheimer.
Totalmente de acuerdo. La comida es afectividad
ResponderEliminarCuando mi madre volvió a ser niña, no sabes como me miraba cuando daba chocolate a los niños (sus nietos) y a ella no. Era diabética pero ya no lo sabía y total! con la ilusión que lo comía! y lo delgadita que estaba...
Hola Nerea! qué buenas reflexiones, tuve la misma experiencia que Victoria con mamá, y era tan feliz con un chocolate!. Gran iniciativa la de este periodista navarro, se habla tanto del Alzheimer y se sabe tan poco. Besitos
ResponderEliminarMuchas gracias, Nerea. Y muy interesante la relación del chocolate con el alzheimer. Un fuerte abrazo desde el km 1.686 de La Memoria es el Camino. Saludos
ResponderEliminarHola! Te he dejado una sorpresita en mi blog..besitos!! Flor
ResponderEliminarLa memoria son los besos... cuánta razón hay en ello y qué enfermedad tan tan tan terrible, una iniciativa estupenda. Besos
ResponderEliminarqué bonita historia. el chocolate contiene sustancias que estimulan el ánimo. una farmacéutica me recomendó tomarlo por eso...
ResponderEliminarHoy me he emocionado leyendo esta historia. Me parece un proyecto admirable. Es innegable la relación de la comida con el ánimo de los pacientes. Mi abuela cuando le llevabámos comida de casa al hospital pasaba una tarde mucho mejor...
ResponderEliminarUn besico!
Es un proyecto admirable, como dice Quincampoix.
ResponderEliminarGracias, Guillermo, Victoria y Pamela por vuestras experiencias.
A los demás por comentar y divulgar.
¡Qué poquito cuesta hacer feliz a una persona, con un detallito como un bombón o una caricia!
realmente admirable esta historia. Y que bueno que los chocolates hagan tan bien. Los mejores chocolates los he comidos en los distintos a>hoteles en francia que me he hospedado el año pasado que fui de vacaciones con mi familia. Ojala pueda volver algún dia
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