martes, 21 de octubre de 2014

FERRERO GOLDEN GALLERY Y CARMEN

Hace unos días me hicieron llegar una caja con seis variedades de bombones de Ferrero, firma italiana que se ha inspirado en el mundo del arte para crearlos y que colabora con el Museo Thyssen-Bornemisza y el Teatro de la Zarzuela en la exposición "Carmen en las colecciones españolas".

Se trata de una cita cultural que recrea a través de la pintura la figura de Carmen, mito y musa de artistas desde que George Bizet estrenara su célebre ópera.

Una gran idea de marketing. Otros blogs han hablado de la inauguración de la exposición en Madrid, que podrá verse hasta el 9 de noviembre. Aquí hemos probado los chocolates. En el exterior de la caja blanca, como si fuera un lienzo, se encuentra una reproducción de la obra "Júlia" del pintor catalán Ramon Casas. Dentro se explican las recetas de los chocolates y se exhiben en una paleta de óleo.




La  selección incluye cuatro nuevas especialidades: Ferrero Manderly, una crujiente almendra en el corazón de un cremoso relleno de avellana; Ferrero Tenderly white, una crujiente avellana envuelta en delicado chocolate blanco; Ferrero Tenderly Nougat, un cremoso relleno al turrón con unas sutiles notas cítricas combinado con la fragancia de una avellana entera y dentro de una capa de finísimo chocolate con leche y Ferrero Cappuccino, que conjuga el intenso aroma y la delicadeza del capuccino en un corazón cremoso. Además están dos clásicos: Ferrero Rocher, una avellana entera bañada en una suave crema, envuelta en un chocolate con avellanas y Ferrero Rondnoir, una armonía de sabores y texturas que culmina en un corazón con una perla crujiente de avellana bañada en delicado chocolate negro.


Todos están buenos pero me han gustado especialmente por sus texturas los crujientes barquillos en el negro Ferrero Rondnoir y en el blanco Ferrero Manderly. El Ferrero White va de perlas cuando apetece un sabor muy dulce. Buena la combinación de los cítricos en el Ferrero Tenderly Nougat y la fusión de su cremosa textura. Quizás el que menos me ha gustado ha sido el Ferrero Capuccino, precisamente por su sabor a café.

Un buen regalo por su variedad y vistosidad y una buena manera de que las empresas sigan implicándose en promover el arte y la cultura.

Información sobre Ferrero Golden Gallery y su colaboración con el mundo del arte, aquí. En esa página también encontraréis detalles de la empresa y las cajas de bombones.