Entrevisté a Olga Yenou, pequeña empresaria del chocolate en Costa de Marfil en julio, cuando realizaba una estancia del Advanced Management Program (AMP) del IHE-Afrique en la Escuela de Negocios IESE, en Barcelona.
Olga Yenou, ingeniera electromecánica, es directora general de Antonia Industrie, una empresa de transformación de cacao en San Pedro, el mayor puerto de exportación de cacao del mundo.
Costa de Marfil es el primer productor mundial de cacao. Recientemente ha sufrido las consecuencias de otra guerra porque su presidente saliente Gbagbo se aferró al poder y no permitió que el presidente elegido por las urnas, Ouattara, gobernara. La situación, además de muertes y refugiados, generó un paro en las exportaciones de cacao hasta que en abril se detuvo a Gbagbo.
Yenou comenta que el conflicto duró cuatro semanas. “Salíamos por la mañana a comprar comida y luego nos encerrábamos en casa sin salir. Si nos íbamos, perdíamos todo. Teníamos que quedarnos. Afortunadamente, vivimos en una zona no peligrosa. Hemos tenido miedo, hemos vigilado a los niños pero hemos tenido suerte porque no nos ha pasado nada. Otros no han tenido esa suerte”. Durante ese tiempo, las clases del AMP que tenían que realizarse en las instalaciones del IHE-Afrique en Abiyán se impartían en casas particulares.
La empresaria explica que transforman el cacao a partir del haba fermentada y secada para obtener productos semi acabados, como la pasta y la manteca de cacao y el cacao en polvo. De ahí se destinan a la elaboración de chocolate y a la cosmética. En su página web están sus dos productos acabados: una crema de chocolate para untar y una crema de belleza a base de manteca cacao.
Además de visión comercial, Olga Yenou tiene una visión humana, ya que piensa en la necesidad de que las trabajadoras en las plantaciones de cacao estén tranquilas al dejar a sus hijos. “Cuando van a la plantación suelen llevar al niño pequeño en la espalda. Hace falta crear una estructura que no esté lejos, con escuela, pediatras, para que la mujer se quede tranquila y que sepa que sus hijos están cuidados”.
¿Cuánto tiempo lleva fabricando chocolate?
En la transformación de cacao tengo 11 años de experiencia y hace tres años comenzamos a elaborar crema de cacao para untar para el mercado local. Trabajo para hacer chocolate para África porque si comenzamos a consumir chocolate seremos más sensibles a la calidad del producto.
Desde el punto de vista de la nutrición, el chocolate es un producto interesante para los niños africanos, energético, y eso es importante para combatir el problema de la desnutrición. Además, todo el mundo le gusta el chocolate.
¿Cómo empezó a trabajar con el cacao? ¿Le viene de familia?
No. Al acabar mis estudios trabajé en una empresa de envases de metal, cajas de conserva (atún, café, etc.). Pero comenzar a trabajar con el cacao no fue una decisión sino algo accidental. Trabajé en Cémoi (firma francesa que elabora chocolate a partir de la transformación del haba de cacao) y después de cuatro años lo dejé para establecerme por mi cuenta.
¿Cuántas personas trabajan en su empresa?
Para fabricar la crema de cacao para untar hay cuatro mujeres. Para la transformación del cacao hay 30 personas y esperamos tener el proceso completo para finales de año.
¿Exportan?
El producto acabado lo reservamos para África. Ya hay mucho chocolate en Europa. Y el producto semi acabado lo exportamos a Europa.
¿Cómo venden?
Distribuimos en Abiyán, en mercados y pequeñas tienda, pero todavía no vendemos en supermercados.
¿Qué dificultades tienen?
La temperatura en África. El cacao en polvo no es un problema ni tampoco la crema de cacao para untar porque aguantan la temperatura. Pero hace falta encontrar una fórmula para conservar bien el producto y adaptarlo al gusto local, al gusto africano porque no nos gusta lo dulce. Preferimos lo salado, lo picante.
Afortunadamente no nos gusta el azúcar porque conozco los problemas que provoca su exceso. Es mejor prevenir y que nos acostumbremos a un chocolate con poco azúcar.
Otra de las dificultades son las financieras, porque los bancos no financian. Desde el punto de vista técnico, sabemos cómo transformar el cacao. En la parte de elaboración del chocolate reconozco que tengo que aprender más. Antes de llegar a Barcelona he estado unos días con un pequeño chocolatier de Berlín y aquí he visitado Cacao Sampaka, que me interesa como del cliente.
El precio del haba de cacao es un problema porque es demasiado caro para África. No podemos contactar directamente con las plantaciones porque la ley establece que se comercie con los tratantes, una profesión bien reglamentada. Y eso lo encarece.
Hemos logrado reducir el precio de los envases y etiquetas del producto –antes salía muy caro- y que su aspecto siga siendo bonito.
Durante el conflicto se detuvieron las exportaciones de cacao aunque leí que salía cacao de contrabando a través de Ghana.
Puede deberse también a la diferencia de precio del cacao de Ghana, que es más interesante. Y aunque Costa de Marfil somos el primer productor mundial de cacao, el cacao de Ghana es de más calidad. Su gobierno compra las habas, controla el producto, y si es malo lo quema. En Costa de Marfil tenemos que mejorar en calidad.
Costa de Marfil es el mayor productor de cacao del mundo. En África occidental, los otros principales países productores son Ghana, Nigeria y Camerún. Más información sobre Costa de Marfil en esta entrada que escribí en enero.
Agradezco al departamento de Comunicación del IESE su gestión para la realización de esta entrevista. El IESE, escuela de dirección de empresas de la Universidad de Navarra, ofrece formación para directivos en cuatro continentes. Fundada en 1958, está comprometida con la formación de líderes que puedan imprimir una huella profunda, positiva y duradera en las personas, en las empresas y en la sociedad.