El título de esta entrada en el blog puede tener dos interpretaciones. Costa de Marfil, primer productor de cacao del mundo, sigue siendo triste protagonista de la actualidad. Desde que Gbagbo, presidente hasta las elecciones del pasado noviembre, decidiera aferrarse al poder, el presidente electo Ouattara permanece recluido en un hotel de Abiyán bajo la protección de la ONU.
La violencia postelectoral ya ha causado más de 200 muertos y ayer, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) anunciaba que hasta la fecha, habían huído del país 25.000 personas por miedo al estallido de una guerra. Los desplazados llegan a Liberia, país vecino, donde se están construyendo más campamentos para atenderlos.
Costa de Marfil ya sufrió una guerra civil entre el 2002 y 2003. Con las últimas elecciones se esperaba una época de estabilidad en un país que hasta los años 90 fue considerado un modelo de paz y prosperidad en África occidental.
Después de su independencia de Francia en 1960, Costa de Marfil se convirtió en el país más rico de la región por el comercio de cacao. La planta procede de Latinoamérica pero fue llevada por los franceses y en el país africano encontró las condiciones ideales para crecer: un suelo fértil y profundo, abundantes lluvias y la sombra de árboles más altos.
El primer presidente del país tras su independencia de Francia, Houphouët-Boigny, antiguo cultivador de cacao, lo potenció mediante subsidios e incentivos, otorgando derechos de propiedad a cualquiera que plantara cacao. Esta política atrajo numerosos inmigrantes, sobre todo de Burkina Faso y Mali, de la misma etnia y religión musulmana que los habitantes del norte de Costa de Marfil.
Con la muerte del presidente, después de 33 años de gobierno, empezó a manifestarse la división del país entre el norte musulmán (donde están la mayoría de las plantaciones de cacao) y el sur cristiano.
Unos 800.000 agricultores marfileños cultivan en pequeñas explotaciones familiares cacao de variedad Forastero, casi el 40% de la producción mundial de cacao (3,5 millones de toneladas). El trabajo infantil ha sido un grave problema contra el que se sigue luchando.
Otro problema que puede perjudicar la producción de cacao es que muchas plantas del cacao (cacaoteros) son ya viejas y vulnerables a enfermedades. La multinacional Nestlé, dentro de su Plan del Cacao, suministrará un millón de cacaoteros cada año a partir de 2012. También colabora para mejorar las condiciones sociales de los trabajadores de las plantaciones.
Esperemos que la situación política de Costa de Marfil mejore, no por el chocolate, que es una de sus principales fuentes de ingresos, sino por el pueblo marfileño.
Este artículo de la BBC resume bien la situación en el país.
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