Visitar
el Monasterio de Piedra y preguntar
por la Dolores. Y si estás en el monasterio, no te puedes ir sin visitar su Museo del Chocolate.
El Monasterio de Piedra no es sólo lo que su nombre indica.
Además de ser un espacio para la espiritualidad, alberga en su interior el
museo del vino y el museo del chocolate.
Los amantes de la cultura y la gastronomía gozarán de cada rincón de este
monasterio. Y si además te gusta la naturaleza, esta abadía está construida
sobre la cima de una colina; sus vistas además podrían hacernos padecer un
síndrome de Stendhal. Una visita para todos los públicos.
El
Museo del Chocolate que conocemos
hoy fue el primer sitio de Europa donde se preparó el chocolate. Parece mentira
pero ¡fuimos los primeros en catar este manjar! Las gracias debemos dárselas a Fray Jerónimo Aguilar, que en el siglo
XVI tras la conquista de América, envió a España los primeros granos de cacao
con sus recetas. Uno de los mejores sitios
para descubrir un poco más sobre la historia del
chocolate, mi gran pasión.
La historia comenzó cuando
nuestro protagonista, Fray Jerónimo de Aguilar, se embarcó junto a
Vasco Núñez de Balboa en una expedición que nos traería más de una sorpresa.
Creo
que por más suerte que desgracia, el barco naufragó y el monje terminó retenido en Yucatán, donde descubrió
aquella bebida tan arraigada en la dieta de los mayas.
Años
más tarde, Hernán Cortés rescató a Fray Jerónimo y éste tuvo la astucia de
conseguir unos granos de cacao que le envió a Fray Antonio de Alvarado, abad del
monasterio en aquel momento. No me quiero ni imaginar la cara de aquellos
monjes al probar un manjar que sigue considerándose tan exquisito en nuestros
días.
En
el museo del chocolate podremos descubrir recetas y cómo se elaboraba en la
época, recetas que poco tienen que ver con las que conocemos hoy en día, ya que
por aquel entonces el cacao se preparaba en forma de sopa reconstituyente, con
sal y pimienta.
Además,
las cocinas abovedadas donde los monjes del Cister prepararon por primera vez
aquellas recetas de chocolate están habilitadas para su visita.
Al
terminar esta dulce visita a las cocinas que dieron la bienvenida a los
primeros granos de cacao, recomiendo un paseo por el Parque
Natural del Monasterio. Un punto final repleto de sensaciones en un espacio
que poco o nada se parece a nuestro ajetreado día a día.
Colaboración
de Adela
Le agradezco su ofrecimiento al escribir este artículo sobre un lugar que he visitado en la provincia de Zaragoza y adonde aconsejo viajar. Interesante por su historia y su belleza: la del monasterio y la de un vergel con cascadas y grutas.
Y muchos que pensábamos que lo del chocolate con sal y pimienta era un asunto moderno...
ResponderEliminarUn artículo súper interesante y un lugar más por visitar.
Un saludo!
María José
Estuve hace siglos en el MOnasterio y nos guiaron en un recorrido y recuerdo que nos llevaron a la cocina donde por primera vez se preparó el chocolate. Por entonces aún no existía el Museo. Estaría bien volver un día y disfrutar de paso de esos preciosos paisajes de agua y la magnífica "cola de caballo".
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