En 2004 descubrí callejeando la tienda
de Enric Rovira en la Avenida Josep Tarradellas 113 de Barcelona. Muy cerquita
todavía permanecía abierta la pastelería de sus padres, donde comenzó a
aprender su oficio.
El local de Enric Rovira es pequeño
pero alberga la grandeza de un referente de la chocolatería española que ha
triunfado también en el extranjero. Pequeñas son estas cajitas que constituyen
un regalo, como el que me hizo mi tío Luis Ángel. ¡Gracias!
Las "rajoles" (en catalán baldosas) de chocolate negro y con leche reproducen las piezas de las aceras de las calles de Barcelona. Estas minirajoles muestran una flor modernista pero las hay con otros diseños. Pertenecen a la BarcelonaCollection.
Enric Rovira es sinónimo de diseño e
innovación. Su creatividad se manifiesta en nuevos sabores del chocolate, la
importancia del packaging y un nuevo concepto de chocolate.
Entre sus chocolates más emblemáticos
destacan los bombones Planetarium y los perfumados. Por Pascua, sus propuestas
de monas y huevos rompen moldes.